¡Los españoles también comen arroz!
23 marzo 2011
Con esta peculiar frase fuimos sorprendidos un caluroso día de febrero en la ciudad de Kagoshima mientras compartíamos mesa en la universidad con nuestra amiga Hitomi y su madre. Fue coger los palillos y tomar el primer bocado de ese albino cereal, sustento indispensable de la dieta asiática y acompañante eterno de la cocina japonesa, cuando una octogenaria japonesa quedo impresionada ante la estampa que acababa de presenciar. Mujer habladora como era ella, pues siempre que tenia ocasión se acercaba a cualquiera que se encontrase cerca y empezaba a darle a la sin hueso sin ningún reparo, no tardo en dirigirse a su hija para comentarle tamaña hazaña.
El tormento y el éxtasis
16 marzo 2011
Regresar al hogar después de un largo periodo siempre es
algo que reconforta. El reencuentro con familiares y amigos tras la añoranza
acumulada no tiene parangón con otras situaciones, o más bien sensaciones.
Ayer, cuando por fin volvíamos a casa tras estos cuarenta y tres días de
andanzas y aventuras por oriente, no podía dejar de pensar en todo aquello que
dejábamos atrás.
A lo largo del día se sucedieron llamadas, visitas y varias
entrevistas. La gente estaba ávida de información, que en la medida de lo
posible tratamos de satisfacer. Nunca olvidare la cara de mi padre al
recibirme, ni la sonrisa que puso cuando al fin le entregue su tan ansiado
kimono. Entre el "jet lag", vivir mas de dieciocho horas de oscuridad
y llegar a rogar por ver el sol, una sucesión de compromisos que parecía no
tener fin y varios encuentros con amigos y compañeros de universidad, la
jornada fue pasando sin apenas darme cuenta.
Consecuencias y despedidas
14 marzo 2011
Saludos de nuevo desde Tokio a pocas horas de nuestra partida hacia China para hacer trasbordo hacia España.
Por aquí todo sigue igual. Ayer estuvimos visitando la zona de Odaiba, una de las más afectadas de la ciudad. Los daños a simple vista no parecían demasiado graves, algunas grietas, mucho lodo, todas los comercios cerrados y nadie por las calles. El día algo mejor que ayer pero aun así extraño. Las tiendas siguen vaciándose y muchas personas permanecen sin salir de casa. Se anunciaron cortes de electricidad ayer por la tarde y nos han dado en el albergue indicaciones para apagar cuantas mas luces podamos. Por la calle las tiendas han apagado muchos carteles. Últimamente las replicas han sido muy débiles, hasta el punto de no sentirlas salvo que estemos quietos.
Por aquí todo sigue igual. Ayer estuvimos visitando la zona de Odaiba, una de las más afectadas de la ciudad. Los daños a simple vista no parecían demasiado graves, algunas grietas, mucho lodo, todas los comercios cerrados y nadie por las calles. El día algo mejor que ayer pero aun así extraño. Las tiendas siguen vaciándose y muchas personas permanecen sin salir de casa. Se anunciaron cortes de electricidad ayer por la tarde y nos han dado en el albergue indicaciones para apagar cuantas mas luces podamos. Por la calle las tiendas han apagado muchos carteles. Últimamente las replicas han sido muy débiles, hasta el punto de no sentirlas salvo que estemos quietos.
El terremoto de Japón - Tokio 9.0
12 marzo 2011
En primer lugar decir que estamos
bien y agradeceros a todos el interés y la preocupación mostrados. Han pasado más
de 24 horas desde la brutal sacudida que ayer conmocionaba al mundo. Me
dispongo a compartir esta experiencia con vosotros, aunque os pido perdón si la
redacción o los detalles no son todo lo correctos que debieran, pues desde ayer
apenas he llegado a dormir cuatro horas.
Once de marzo, en la región de
Hakone a 88 km de la capital nipona. Llegamos con sol y buen tiempo, pero a las
pocas horas el cielo se nubló y empezó a soplar viento bastante fuerte, aunque
no le dimos ninguna importancia. Tras varias visitas entramos a comer a un
restaurante al lado del lago. Antes de pagar la cuenta fui un momento al
servicio. Al volver en principio todo parecía normal, pero nada más sentarme
Jose me comento que nos estábamos moviendo. Yo en principio no daba crédito,
pero en breves segundos el edificio entero empezó a vibrar. Inicialmente
pensamos que era un simple seísmo de los múltiples que tienen en el país a lo
largo del año. Cuando platos y vasos empezaron a caer, las sacudidas subieron
en intensidad y la gente se metió debajo de las mesas y salir a la calle,
nosotros hicimos lo mismo. Salimos tan rápido como pudimos. Fuera los barcos
sobre el lago se balanceaban de un lado a otro y el trafico quedo paralizado.
Tras la fuerte sacudida la dueña del restaurante encendió la televisión y en
pleno directo y en perfecto japonés empezaron a dar toda la información.
El terremoto, narrado por Jose
Lugar Hakone, hora local sobre las
14.30.
Estábamos comiendo, cuando Rodrigo
se levanta al aseo. Mientras estoy solo empiezo a notar que la silla se está
meneando, al principio supongo que alguna pata estará coja o cualquier cosa,
pero empiezo a ver alguna lámpara moviéndose y la gente mirando al techo, pero
de momento solo un ligero movimiento que podría incluso achacar al viento que
golpea el pequeño local de madera en el que nos encontrábamos. Llega Rodrigo y
le digo "parece que nos movemos ¿verdad?". Mientras le pregunto veo
por la ventana que había tras Boro un barco que estaba en un lago próximo. El
barco se menea de un lado para otro. En mi cabeza se activan los primeros
pensamientos de terremoto, que en breves milisegundos se confirman. Rodrigo al
principio me responde "¿qué dices?", pero se da cuenta también al
instante de que algo pasa. Durante estos segundos iniciales me parece realmente
divertido, una experiencia nueva, un "ligero y habitual" terremoto,
la gente no parece muy preocupada.
Hasta que llega el primer golpe
fuerte. Rodrigo ágil de mente me grita que salgamos del local, las camareras ya
han abierto la puerta para salir, algunos clientes se meten debajo de las
mesas, otros salen a la calle, nosotros salimos con ellos. Durante unos largos
30 segundos el suelo sigue vibrando. Un sonido muy grave apenas audible
acompaña al terremoto. Una chica de unos 12 años que estaba con su madre
empieza a llorar. El terremoto acaba.
Desconectados
07 marzo 2011
Estos últimos días hemos estado algo desconectados debido a la falta de
internet en los últimos sitios a los que hemos ido.
Las actividades, un poco de todo. Más templos, nuevos ciudades, ejercicio, aire limpio, trenes.
Hemos probado la fiesta en Osaka y conocido a más japoneses.
Ya hemos vuelto a Tokio. Aún nos quedan bastantes excursiones y muchas cosas que hacer, pero empezamos a despertar poco a poco del sueño que estamos viviendo. Las campanas tocan a su fin y la nostalgia llega lentamente. ¡Menos mal que aún nos queda una semanita!
Esperamos que disfrutéis de la entrega de fotos.
Besos y abrazos.
Las actividades, un poco de todo. Más templos, nuevos ciudades, ejercicio, aire limpio, trenes.
Hemos probado la fiesta en Osaka y conocido a más japoneses.
Ya hemos vuelto a Tokio. Aún nos quedan bastantes excursiones y muchas cosas que hacer, pero empezamos a despertar poco a poco del sueño que estamos viviendo. Las campanas tocan a su fin y la nostalgia llega lentamente. ¡Menos mal que aún nos queda una semanita!
Esperamos que disfrutéis de la entrega de fotos.
Besos y abrazos.
Frente al templo Todaiji en Nara |
Hiroshima mon amour
01 marzo 2011
Cae la lluvia sobre la ciudad, la llegada es bastante fría. Cargados con las maletas y algo desorientados por fin salimos de la estación en dirección al albergue. El día está casi tan triste como la gente, no se ven sonrisas por la calle, caras de indiferencia, prisa y estrés.
Tras completar el registro dejamos el equipaje y nos dirigimos hacia nuestro primer y principal destino del día, el parque de la paz. Iniciamos la marcha con animada charla que ameniza en la medida de lo posible la llegada. Pasamos ríos y varios distritos comerciales cuando, súbitamente, aparece ante nosotros un espectro del pasado, imponente esqueleto de lo que una vez fue historia de la ciudad. La piel se eriza y la memoria retrocede, se agria el gesto, el silencio se hace dueño del entorno.
Tras completar el registro dejamos el equipaje y nos dirigimos hacia nuestro primer y principal destino del día, el parque de la paz. Iniciamos la marcha con animada charla que ameniza en la medida de lo posible la llegada. Pasamos ríos y varios distritos comerciales cuando, súbitamente, aparece ante nosotros un espectro del pasado, imponente esqueleto de lo que una vez fue historia de la ciudad. La piel se eriza y la memoria retrocede, se agria el gesto, el silencio se hace dueño del entorno.
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