Primeros pasos por Japón: Torre de Tokio

20 octubre 2011


Como prometí la semana pasada, continuo con el relato de nuestras primeras horas en el país del sol naciente. Acabábamos de visitar el templo Zojo...

Una vez terminada la visita y con el cielo apagado sobre nosotros, fuimos hacia la Torre de Tokio, ya iluminada, con sus característicos tonos rojizos. Con 333 metros e inspirada en la parisina torre Eiffel, fue construida en 1958 como símbolo de renacimiento económico del país. Dicen que en los días claros es posible contemplar el Monte Fuji.



El desajuste horario empezaba a hacer mella, así que decidimos cenar algo antes de subir. La elección del lugar fue fácil pese a tratarse de nuestra primera comida y no ser muy duchos en la materia. Simplemente elegimos el que mostraba la recreación de la comida en plástico, la camarera salió, nosotros señalamos y en menos de diez minutos estábamos haciendo paladar con unos exquisitos Udon. Era mi primer reto en el arte de comer con palillos y los nervios empezaban a dominarme, aunque tras varios intentos fallidos fue más simple de lo pensaba. Pagamos, hicimos las correspondientes reverencias y al salir nos quedamos con la boca abierta cuando todo el servicio del restaurante, chef incluido, nos despidió dándonos las gracias con un sonoro grito. Con el estómago lleno recuperamos fuerzas y la perspectiva mejoró. 

Torre de Tokio de noche


La subida a la torre la hicimos en ascensor (no había otra alternativa). Desde el piso intermedio las vistas son espectaculares, rodeados y casi encerrados entre los rascacielos mientras surcamos las calles con nuestros ojos y vemos el fluir del tráfico por la urbe. Las luces se mezclan con la oscuridad que ofrece la noche. Nos decidimos a subir al piso más alto a cambio de abonar una entrada extra. La ciudad se pone a nuestros pies, las estrellas bajan del cielo y una vía Láctea sin fin nos rodea. Tratamos de identificar cada parte de la ciudad. La bahía se perfila perfectamente y logro ver el puente Rainbow que va a la isla de Odaiba. Echamos un vistazo al pequeño templo sintoísta, el más alto de todo Tokio, e iniciamos el descenso y retirada.

Me meto en la cama completamente rendido. Charlamos un rato hasta que el sueño nos vence. El primer día no podría haber sido mejor.

Vistas desde la torre de Tokio


Hasta aquí un resumen de mis primeras impresiones y sobre todo sensaciones. Como muchos sabéis ya la semana que viene emprendo nuevo viaje hacia Asía, para ser más concretos Hong Kong, Macao y Guangzhou (Cantón). Todo lo que vaya ocurriendo, como ya viene siendo costumbre, lo iré contando en este blog. Hasta entonces espero que disfrutéis con esta entrada, que de nuevo incorpora video.

Sin más, me despido hasta la próxima, que os prometo no tardará en llegar.

Tokio de noche desde la torre

El puente Rainbow con la isla de Odaiba de fondo
El puente Rainbow con la isla de Odaiba de fondo

No hay comentarios :

Publicar un comentario