Tras guerras, incendios y ciertos periodos de paz la Kioto del siglo XXI se presenta como una ciudad moderna que ha sabido hacer honor a su patrimonio y herencia cultural. Nada más bajar de la estación de tren impacta encontrarse de frente con multitud de edificaciones ultramodernas ordenadas por grandes avenidas que parecen no tener fin. No engaño a nadie si digo que para aquellos que busquen el Japón más tradicional quedaran igual de decepcionados que yo ante esta primigenia estampa. Sin embargo, simplemente tras caminar unos minutos el sabor de antaño comienza a aflorar como los arroyos en primavera. De la nada surgen templos centenarios que siguen contemplando de forma impasible el devenir de la urbe. Una vez que se empieza a callejear los años retroceden, las geishas vuelven a pasear, los Samurai lucen espada al cinto, suenan lejanos sutras desde los templos, el sonido de las sandalias de madera inunda las calles, huele a incienso y a pasta de judía dulce recién preparada.
La vieja Kioto sigue viva, esperando a aquellos que desean descubrirla. Solo tenemos que dejarnos llevar y la ciudad nos guiara a un mundo de ensueño más allá del ajetreo, los trajes grises o las colas del metro. Siente, mira más allá y sobre todo ve más allá, en cualquier recodo del camino puede esperarte la sorpresa más inesperada y grata.
Kioto visto desde la terraza del templo Kiyomizudera |
Bajo los Torii de Fushimi Inari Taisha |
Pagoda del templo Toji |
Entrada del templo Higashi Hoganji |
Jolin si hasta me han entrado ganas de buscar más información sobre Kioto después de leer el relato... haced muuuuchas foticos y muuuuuchos videos :P
ResponderEliminarYo creo que siempre salís en la misma de ciudad. Mismos edificios, misma ropa, un poquillo de nieve, nada de gente... ¿Pero estáis en Japón o habéis cogido desde allí un avión a Hawai y vais publicando entradas ya escritas?
ResponderEliminar¡Trapos sucios y anécdotas reclama el respetable!
Tienes razón Samu, Jose no pretenderás llegar a portada de meneame.net así jajaja
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