Creo que no existía mejor forma de introducir esta nueva etapa viajera en la que nos adentramos, recordando a grandes trazos aquello que rondaba mi cabeza hace cinco lejanos años. Por aquel entonces aún estudiaba la carrera y, aunque no me lo pareciera, era todo un pipiolo de la vida. Había viajado bastante para mi no tan corta edad, generalmente acompañado por familiares y amigos, aunque también en relativa soledad en mis aventuras lingüísticas por la Gran Bretaña. En mayor o menor medida siempre había existido algún tipo de intermediario organizador en todos ellos, salvo los propios de la península, por lo que cuando me vi en la tesitura de ser yo quien debía adquirir ese papel no supe muy bien por dónde empezar. Tras hacernos con el afamado billete lo primero fue establecer una ruta. A base de sumar y no retroceder el boceto inicial quedo algo demencial por no decir irrealizable. Vuelta sobre lo mismo, sacrificios y prioridades, dejando algún hueco a la improvisación, lograron despejar el panorama. Con algunos detalles por pulir (sobre todos ellos ciertos problemas con el alojamiento que supimos sacar al paso) e incógnitas por resolver marchamos a nuestra cita con Europa mochila a la espalda, bien cargada de sueños e ilusiones. Empezaba mi primer Interrail.
En nuestro día a día llegamos a considerar la cerveza como
único líquido elemento, el chóped y las sardinas se instituyeron como base de
la pirámide alimenticia, apurar el sueño se transformó en costumbre y coger el
tren sin correr para lograrlo algo aburrido.
Rodrigo, me gusta mucho tu descripción. Me siento también viajera con vosotros por todos estos lugares de la vieja Europa tan llenos de historia y arte. Estoy deseando seguir leyendo. No decaigas en el animo de escribir ni el de gozar viajando. Vive intensamente tus años que lo que queda atrá, no se recupera. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Sí, hay que aprovechar mientras se pueda y no dejar pasar ninguna oportunidad, que luego nunca se sabe cuando se volverá a presentar. Ganan de escribir no me faltan, generalmente lo que me falta es tiempo, jeje. Espero que el viernes pueda dejar alguna cosita más por aquí. Un beso.
ResponderEliminar"La cerveza como único líquido elemento". ¡Cuanta razón B! Sólo nos quedó ducharnos con litronas. Para otra vez.
ResponderEliminarjajaja, ya nos regábamos bien por dentro, tampoco es cuestión de desperdiciarla.
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