Una de cal y otra de Sapa

29 octubre 2012

Hace menos de dos días que hemos regresado a Vietnam. Con Camboya aún candente en nuestros corazones alcanzamos la capital, previo susto correspondiente, y es que leer la prensa extranjera en el avión tiene más sentido del que aparenta. Rayos y centellas cual capitán Haddock profirió mi boca al descubrir que un tifón en activo estaba pasando por el centro-norte del país, aunque parecía que Hanoi quedaría indemne. Turbulencias aparte y un conductor kamikaze de por medio, por fin pusimos nuestros pies en su entramado de callejuelas. El cansancio apretaba más que nunca, por lo que apañamos una cena a base de pho y la regamos con una buena cerveza. A dormir.

Con Mr Vanny, nuestro conductor de Tuk Tuk en Angkor

El despertar, pasado por agua, auguraba mal futuro. Viendo que no mejoraba consulté timorato la previsión meteorológica. Lluvia durante todo el día, muchas gracias tifón. Pese a la situación no nos dejamos amedrentar, nos impermeabilizamos como pudimos y salimos envalentonados a conocer la ciudad. Íbamos cumpliendo con las visitas y seguíamos relativamente secos, la cosa no iba mal; hasta que apretó el aguacero en el templo de la literatura. Refugiados, aprovechamos la situación para hacer amistad con algunas locales que estaban celebrando su graduación de universidad, todas muy guapas y simpatiquísimas, además de tener buen gusto, pues no dejaban de hacernos fotos. Como dice el refrán no hay mal que por bien no venga.

Con nuestras amigas Vietnamitas licenciandose
 Continuamos pasando por el mausoleo de Ho Chi Minh cuando la situación se hizo insostenible y corrimos a buscar un lugar para almorzar, acabando en un restaurante local lleno de vietnamitas que nos miraron atónitos cuando nos sentamos con ellos en sus diminutas sillas y pedimos una bia hoi; de la comida se encargaron ellos, y menos mal. ¡Menudo festín y menuda experiencia! Otro guiño más del temporal, pero sería el último, el resto de día se echó a perder.

Vietnamizandonos a base de Bia Hoi (cerveza fresca)
Mojados pero con humor subimos en el tren camino de las montañas del norte. Nuestro camarote parecía el de los hermanos Marx, pero arreglamos un poco el puzzle de maletas y no descansamos mal. Llegamos de madrugada cuando el sol no asomaba, aunque la dichosa gota a gota parecía que sí. No quería que una de las mejores visitas del viaje se arruinase, pero la cosa tenia mala pinta. Resignado desayuné. Mientras, en el cielo se arreglaron las cosas, se despejaba la niebla y empezaba a clarear. ¡Milagro!

Disfrutando de las maravillas de Sapa
Empezamos a caminar muy animados. Pronto se nos sumaban las mujeres de las etnias locales, interesadas en guiarnos por las terrazas de arroz hasta sus villas. El valle se abría ante nosotros, el sol regaba los campos, los animales pastaban tranquilos; idílico, ideal, belleza natural en estado puro. Sabía que sería una de las mejores visitas y no nos ha decepcionado para nada. Mirando a esas mismas montañas que descubrí tras la tregua celestial me despido. El sol ya se ha puesto tras ellas, quedando únicamente su perfil difuminado por las nubes. Espero que mañana cuando despierte siga ahí.

El camarote en plena revolución
Sapa y sus magníficas terrazas de arroz
Con las mujeres de la etnia Hmong negra




5 comentarios :

  1. Al final tuvisteis suerte, nosotros no pudimos viajar a Sapa por culpa de otro tifón :(

    ResponderEliminar
  2. Lo leí en tu blog y me temía que podíamos acabar igual. Tuvimos bastante suerte, hoy la lluvia tampoco ha aparecido. Una pena que no lo pudieseis ver, es precioso.

    ResponderEliminar
  3. Rodrigo, mándanos una afotico anda y con una explicación. Me tienes ansiosa sin saber que haces solico por esa tierra del revés. Besicos.

    ResponderEliminar
  4. Hola tía. No te preocupes que por ahora me estoy manejando muy bien, además de estar disfrutando
    Muchísimo. No tengo tiempo para aburrirme. En unos minutos espero tener lista la nueva entrada, con fotos. Seguiré informando. Besos

    ResponderEliminar
  5. Hola Rodrigo,acabo de hablar con tu madre y me ha contado todo. Estaba segura que te iría muy bien por tu experiencia tu forma de ser. Pena que se acabe pero sigue disfrutando. Un besazo.

    ResponderEliminar