No me olvido de la miel

Después de mucho tiempo regreso al mundo de las letras con muchas novedades, o quizás no tantas para aquellos más allegados, pero que no por ello, creo, dejan de ser interesantes.

La primera, y para mi más importante, es que prorrogo mi contrato con mi querida Guadalajara durante otros cuatro años como poco, aunque espero que sean muchos más. El martes de la semana pasada por fin llego el día de reorientar el rumbo de mi vida y tomar una decisión que marcaría mi futuro. Como toda elección esta no fue ni mucho menos fácil, siempre pensando en los dos lados de la balanza y en lo que podía dejar atrás o encontrar delante. Tuve tiempo para reflexionar en Japón, sobre todo cuando nos relajábamos en los "onsen" y tenía la suerte de poder consultar con las estrellas en las noches despejadas. Cualquier duda quedo resuelta a mi regreso; un creciente susurro inundo mi mente a los pocos minutos de pisar la ciudad. Mediante amigos, conocidos, familiares, otros no tan conocidos, sin olvidarme de mis hermanos de la Pasión y nuestros ensayos que avecinan Semana Santa, el espíritu de lo cercano acabo de aflorar y despejo el camino de la elección. Y es que las raíces siempre atraen, y más cuando son tan fuertes como las que sostienen este árbol que aun tiene mucho por aprender pero que sabe donde quiere hacerlo.

Hospital General Universitario de Guadalajara

A vuestro servicio en la sección de digestivo del Hospital General Universitario de Guadalajara. Espero poder ayudar a todo aquel que me necesite y de la mejor forma posible, eso sí, espero no veros mucho por el hospital, que será buena señal de que todos estáis bien.

Lo segundo, que aunque el afecto por mi tierra no tiene límite, tampoco lo tiene mi pasión por viajar. Una nueva aventura se atisba en el horizonte, nada lejano por cierto, ya que mañana emprendo ruta hacia Estocolmo y países bálticos junto con otros cinco intrépidos compañeros de carrera. Impresiones, anécdotas, reflexiones, curiosidades, y lo que más éxito acostumbra a tener, fotos, quedaran reflejadas como ya ocurriese en mi periplo nipón en este blog; si no tanto como me gustaría espero que al menos tanto como me deje el tiempo y el Madrid.

Para no romper tradición vuelvo es escribir de nuevo la noche de antes de un viaje. Espero que sea igual de increíble que el ultimo, pero eso sí, con un final menos trágico. Muchas gracias a todos por vuestro apoyo y camaradería.

Muchas gracias Guadalajara y en especial a mi padre, sin quien ahora mismo no seria capaz de estar escribiendo estas líneas o al menos no con el afecto con el que las escribo. No sería quien soy sin él, amen de muchos otros.