Queridos Reyes Magos

05 enero 2012

Unos años con más tiempo, otros apurando casi hasta la última noche, unas veces de palabra y otras cuantas confesado al oído, este siempre ha sido uno de mis encabezamientos favoritos en unas navidades que no podrían tener mejor colofón. Acontecimiento largamente esperado, la llegada anual de sus majestades de oriente siempre es un día de festejo y celebración. Mareas de niños, con la sonrisa en la cara desde primera hora, se preparan para inundar las calles y avenidas de todo el país y darles un merecido recibimiento tras un largo viaje desde los confines de Asia.

Los Reyes Magos en Guadalajara

No penséis que es labor fácil la de estos señores. Jugar y jugársela con la ilusión de la gente, especialmente los más pequeños, siempre acarrea riesgos. Muchas veces las cartas se extravían, se malinterpretan, resultan ilegibles o directamente no se llegan a enviar. Por suerte para todos, con más de dos milenios de experiencia y habiéndose enfrentado a múltiples sobresaltos, imprevistos y niños con el sueño ligero, están preparados para repartir alegría y felicidad por todas las casas. En verdad esto último es más importante que el regalo en sí. En este mundo de consumismo desenfrenado, sobre todo en un día marcado en rojo en el calendario como este, es fundamental recuperar y no perder ni olvidar el porqué de esta fiesta, que ya es un regalo en sí misma.

Esta noche, como asociado paje que soy, me encargaré junto con mis hermanos de La Pasión de que ningún niño de la alcarria y sobre todo de Guadalajara capital se quede sin su presente. Pese al frío y el trote que nos espera acompañando a sus majestades y guardando como es debido los camellos, la ilusión no debe quedar desatendida. Además seguro que con los "reconstituyentes digestivos" ofrecidos gentilmente en cada hogar la tarea se hace mucho más llevadera.

Los pajes con el rey mago Baltasar


El niño que sigo llevando dentro me obliga a no perder la tradición, especialmente la mía de escribir casi fuera de plazo, aunque espero que sus majestades, al igual que antaño, tengan aún tiempo para cerciorarse de mis deseos, que por simples o mundanos que puedan ser y alejados de cualquier materialismo, confío en que serán escuchados. Solo pido que este año sea tan bueno como el anterior, que no falte salud ni amistad en nuestras vidas, que sigamos compartiendo buenos momentos y a ser posible algún viajecito de vez en cuando. Y ya de paso, si les es posible, me gustaría pedir la última genialidad inacabada de Herge, que no es otra que el álbum de Tintín y el arte Alfa.

Muchas gracias.

Ya sabéis, no olvidéis poner los zapatos esta noche, ¡que nunca se sabe!
Sed buenos.

Los pajes con el rey melchor en Guadalajara

Los Reyes Magos en Guadalajara


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