Sigue caminando

22 marzo 2012

Hay fechas que están marcadas en negro. Momentos para recordar situaciones difíciles, no olvidar a los que se fueron y tratar de animar a los que siguen adelante. Salen a la luz nuevos datos o nos enteramos de historias de supervivencia y superación. Las emociones vuelven a flotar en el ambiente, sonrisas y lágrimas por igual, con la amargura e indiferencia como telón de fondo.

Como bien sabéis, ya ha pasado un año del terrible terremoto que golpeó Japón y estremeció al mundo entero. Desde estas mismas páginas contábamos las primeras reacciones y el desarrollo de nuestra situación dentro de la tragedia que una vez más hacia acto de presencia en aquella lejana isla que tanto ha soportado a lo largo de su historia. En las semanas previas habíamos hecho amigos, conocido multitud de personas y sido acogidos con gran afecto, nos sentíamos como en casa. Fue por ello que los días que siguieron viví la situación como uno más, pasando las noches en vela mientras trataba de enterarme de alguna noticia y preparado en todo momento para enfrentarme a nuevas réplicas, sin dejar de pensar en la difícil situación que se venía encima y el incierto futuro que nos esperaba.

Chapa de Ampelmann animando a Japón

El mundo entero se volcó con Japón como ya ocurriese antes con otros países. Las muestras de cariño no dejaron de sucederse por todas partes y de las formas más curiosas, como pude descubrir posteriormente en mi viaje por los Bálticos al encontrarme carteles en Estocolmo en apoyo a la causa o en la chapa de un famoso caminante que mi hermano trajo de Berlín.

Durante estos meses la sensación ha dejado paso a la reflexión. Es cierto que al principio la incertidumbre y la falta de información dominaron la situación. Hubo cosas que se pudieron hacer mejor, aunque también algunas medidas acertadas. Desde fuera del país la catástrofe se magnificó hasta puntos impensables y se encendieron debates sobre la energía nuclear. En medio de esa vorágine de morbosidad y gratuidad de comentarios de vez en cuando quedaba algún hueco para la esperanza. Aparecían supervivientes, comenzaban los trabajos de limpieza y rehabilitación, se controlaban las fugas radioactivas, florecían un año más los cerezos.





El tiempo ha pasado y sigo sin encontrar las palabras adecuadas para mostrar mi admiración hacia el pueblo nipón por su capacidad de superación y estoicidad. El Kanji del año 2011 en Japón fue la palabra "unión". Personalmente creo que no podrían haber elegido uno mejor. Esa es la verdad del pueblo nipón y uno de los lugares donde radica su fuerza. Por mi parte lo único que puedo hacer ahora mismo es seguir dándoles ánimos y asegurarles, al menos eso espero, una no muy tardía visita. Hasta entonces, ¡banzai nihon!

Para terminar os dejo con grabaciones de los días que siguieron al seísmo y algunas fotos relacionadas.








Periódico del terremoto de Japón de 2011
Periódico del día después de la catástrofe

2 comentarios :

  1. Un día que jamás olvidaré.

    Un abrazo!

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  2. Si, yo tampoco lo olvidaré nunca. Espero que se recuperen lo antes posible.
    Gracias por tu comentario Pau. Un abrazo y buen fin de semana!!!

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