Nishikigoi - La carpa del Japón

13 septiembre 2012

Cuenta una vieja leyenda japonesa que en el río amarillo (probablemente ubicado en China) se encontraba la puerta del dragón. Según esta, solo el pez que lograse nadar contracorriente y alcanzar dicha puerta podría convertirse en el ser del mismo nombre. Varios peces lo intentaron, pero solo uno amasó suficiente perseverancia y valor como para remontar las cascadas y saltos de agua hasta tener éxito, impulsándose por encima de ella y transformándose en un dragón, la carpa (en japonés Nishikigoi - 錦鯉).



También se conocen como carpa Koi (コイ) o carpa doméstica, dado que en Japón se empezaron a emplear y criar con fines ornamentales en el siglo XIX, cuando los granjeros, que previamente las utilizaban como alimento, se dieron cuenta de que había algunas que tenían mayor brillo. Este arte surgió en la prefectura de Niigata, considerada en la actualidad centro de referencia en dicha disciplina con numerosas piscifactorías de donde salen algunas de las mejores koi del mundo. No obstante, el hobby no se extendió por el resto del país hasta 1914, cuando se mostraron en la exposición anual de Tokio.

Ukiyo-e de una carpa - Hiroshige

Son peces extremadamente resistentes, soportando desde el invierno más crudo al calor sofocante del verano, longevos, pudiendo superar los cien años de vida, y sumamente tranquilos. Sus colores van desde el blanco hasta el negro pasando por el dorado, azul, rojo o amarillo. Es fácil verlas nadando en muchos estanques nipones, aunque también en otros países del continente como China o Corea.

Los samurái lo adoptaron como símbolo, levantando mangas de aire junto a sus hogares con el deseo de que sus hijos fueran tan fuertes y valerosos como la carpa (dando pie al Koi no bori, celebrado el día del niño). Para los japoneses representa la perseverancia frente a la adversidad y las dificultades, con la fuerza del carácter que les lleva a conseguir sus propósitos. Para el Zen es símbolo de tranquilidad y paz.


En el castillo de la Carpa - Nagoya

Mi primer contacto con los koi fue bastante anecdótico: "Pese a su pequeño tamaño, es toda una delicia caminar sobre las piedras que surcan el estanque, adivinando el movimiento de las carpas por el reflejo del sol sobre sus escamas. Doradas, rojas, blancas, con manchas negras... tienen de todos los colores. Compramos una caja de comida para carpas en una máquina dispensadora junto a una casa de té. En su interior cientos de diminutas bolas oscuras. Pongo unas pocas en mi mano y las lanzo al agua con la ilusión de que se acerquen las carpas a por ellas, pero parece que no se han debido enterar, así que arrojo unas pocas más. Ningún atisbo de reacción y muchas dudas ¿habrían desayunado ya?, ¿serán de su agrado? Justo cuando el desánimo empieza a hacer acto de presencia vemos como lentamente se acerca una, abre la boca y engulle la bola, ¡menos mal! no queríamos quedar en evidencia en nuestra primera cita." 



En futuros intentos tuvimos más éxito y siempre logramos que las engulleran a la primera, además se montaba un buen revuelo, aunque nada parecido al del siguiente video que grabé en el parque de los cinco picos en la ciudad de Zhaoqing (China). 



Por último, si queréis ver la interacción entre el macaco japonés y la carpa koi os recomiendo el video de esta entrada (Saru).


Tipos de Koi


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