Anualizando

28 diciembre 2012

Por estas fechas, pasadas ya las primeras fiestas y celebrada la Navidad, a menos de un centenar de horas para que culmine el año que nos contempla, es momento de hacer bagaje de los meses dejados atrás. Podría empezar recordando un listado similar con el que me estrené en estos menesteres, y es que aún palpito cuando miro ese magnífico 2011 que pasó, aunque este 2012 no se ha quedado corto pese a la competencia. Sin pretender elaborar un balance como en tiempos Zorrilla atribuyó a Don Juan, pues claramente perdería la apuesta, no puedo eludir introducir algún tinte de mi vida personal que puede no resultar de interés, pero sin ello este ejercicio no estaría completo. Obviamente hablaré de viajes, y mucho. Empecemos.

 Mi primera aventura aconteció bajo el peor temporal de invierno visto por Europa en décadas, con el viento siberiano tiñendo de blanco medio continente; tanto es así que el viaje peligró hasta última hora. Con destino Bolonia, aunque aterrizando por las circunstancias descritas en Verona, hermano y servidor disfrutamos bajo la nieve de las bondades de Italia. Habían pasado ocho años desde que compartiéramos maleta en Egipto en nuestra última salida juntos al extranjero, con lo que me hacía mucha ilusión volver a vivir esas sensaciones que el tiempo no nos había hecho olvidar. Puede que haya sido el más corto de este año, no obstante lo anterior lo convierte en el más importante y significativo.



Los meses que siguieron me recordaron el aniversario del seísmo nipón, además de quedar marcados por la marcha de varios amigos lejos de Guadalajara en busca de oportunidades. A algunos les toco cruzar el charco, mientras que otros como Jose (compañero de fatigas en Japón), que terminó en Valencia, se dispersaron por la península. Con los que aún seguían aquí celebré la permanencia del equipo local en la categoría de plata, además de una liga que volvió a vestir de blanco tras cerrar viejas heridas. Entre tanto en el hospital, chaparrón sanitario aparte, llegué al fin a Digestivo, mi especialidad, con muchas ganas de empezar a curtirme. Mezclando fútbol y sanidad salió nuestro equipo de médicos rumbo a Bilbao con enormes ganas e ilusión, no siendo los mejores en el campo pero sí fuera de él. Tanto nos gustó que el siguiente año repetiremos en Asturias. Para ir conociendo las instalaciones, con el verano ya entrado, hice una escapadita con los amigos por Gijón siguiendo el año de reencuentros, porqué no coincidamos todos de viaje desde el interrail de 2009.   


Benelux aparecía como aperitivo antes del gran viaje que, pese a darle muchas vueltas, aún estaba por cerrar. La buena gastronomía y mejor cerveza, castillos de ensueño de Luxemburgo, el recuerdo de Flandes, verdes parajes belgas, Tintín, Carlomagno; una gozada que la buena compañía hizo que me supiera aún mejor. A mi vuelta, discusiones y sorpresas aparte, el dedo volvía a marcar destino sobre el mapa señalando Vietnam y Camboya en mi regreso a Asia. ¡Qué maravilla! Los compañeros dejaron el pabellón bien alto, al igual que el destino. Mil experiencias vividas a cada cual más intensa, pero lo que realmente marcó la diferencia fue la semana que pase solo, curtiéndome como aventurero, cambiando mi mentalidad, enseñándome a atesorar la amistad y haciéndome ver que el mundo es enorme.


Antes de llegar a este título aún me quedaban un par de escarceos. Acompañé a los morados a tierra de ascenso (Miranda de Ebro) en mi primera salida con el equipo. Intensa sería la mejor definición. También fui a tierra de naranjas a visitar a Jose, disfrutando del buen arroz a pie de mar en un nuevo reencuentro, que comienza a convertirse en mi palabra del año.

Ya marcha este inexorable hacia su final, concediéndome tiempo suficiente para dar gracias. A mis amigos, incluidos los que están lejos a quienes les siento igual de cerca, por compartir tantos momentos y hacer de Guadalajara un lugar más entretenido. A los lectores de este blog sin los que lo hubiese dejado hace tiempo. A los que se atrevieron a compartir periplo por el extranjero por permitirme descubrir mundo con ellos. A mi servicio de digestivo, compañeros residentes, adjuntos y demás personal hospitalario por seguir logrando arrancarme una sonrisa cuando voy a trabajar. A mis padres y hermano, en último lugar aunque siempre serán los primeros en mi corazón, por su apoyo, cariño, comprensión y valor (pese a la cara que puso mi madre cuando se enteró de que me iba solo por Vietnam). Muchas gracias a todos por hacer de este año algo especial, ha sido un placer estar a vuestro lado. Mis mejores deseos para 2013, donde espero compartir grandes momentos con todos vosotros. Que se cumplan los sueños de todos y seamos felices.

6 comentarios :

  1. Otra gran entrada Boro,
    Un placer haber compartido parte de esos viajes contigo.
    Saludos,

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    1. Gracias Ramón!! quizás ha sido justo por ser un gran año. El placer es recíproco, menos mal que al final elegiste venir, si no sigo pensando que todavia estarías arrepintiéndote, jajaja

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  2. Gran año, espero que el 2013 sea igual o mejor.

    Un abrazo!

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    1. Muchas gracias!!! igualmente os deseo un feliz año nuevo, que seguro superara el presente aunque ya solo sea por tener a uno más en la familia!! un abrazo!

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