Castillos del desierto jordano

22 marzo 2017



Más allá de las intenciones o el itinerario, poco o nada había publicado de nuestras aventuras por Arabia. Con el fin de subsanarlo comenzaré el principio por el final, pues la historia que hoy os traigo tuvo lugar en nuestro último día en Jordania. Tras haber recorrido el país de norte a sur volvíamos a la capital desde Aqaba, dispuestos a visitar algunos de los castillos mejor conservados y más interesantes de todos los que se pueden encontrar en el desierto noreste, desde Amman hasta la frontera con los países vecinos de Irak y Arabia Saudí. 

Qasr Kharana en Jordania
Qasr Kharana

 Destacar que aunque actualmente todos se recogen bajo la palabra castillo, en verdad son un conjunto de pequeños palacetes, caravasares, fuertes, casas de recreo e incluso antiguos baños. En árabe se diría “qsar”, haciendo referencia a una obra fortificada, que fue traducido por los ingleses como “castle”, y bajo este término se agruparon todos. En España se interpretó como “alcázar”. La mayoría datan de los siglos VII y VIII, construidos durante el califato de los Omeyas, y se encuentran en distintos estados de conservación, por lo que es importante seleccionar cuales pueden resultar más interesantes de cara a una visita. Nuestros elegidos fueron los siguientes.

Qasr Kharana

Es el más enigmático. Llegamos tras varios kilómetros por un desierto de arena gris salpicada por incontables guijarros y prácticamente ninguna vegetación. Sito en mitad de la nada, rodeado por esas mismas ásperas arenas que venimos viendo, solo el brillo del sol sobre sus muros de adobe y piedra parece agraciar la tosquedad del conjunto. Seguramente cuando fue edificado en el siglo VII la situación fuese bien distinta, aunque su función sigue sin estar clara, especulando con la posibilidad de que fuese un palacete o bien un caravasar. 

Entrada al Qasr Kharana en Jordania
Entrada al Qasr Kharana

 Al adentrarnos en su interior y desde el patio la situación cambia y podemos impregnarnos de la magnificencia que debió reinar antaño. Nos adentramos en sus habitaciones y caminamos por tenues pasadizos imaginando como debió ser la vida allí hace un milenio, aunque actualmente sus únicos moradores sean aves y algunos reptiles. Sin duda un buen punto de partida para lo que estaba por llegar. 

Patio del Qasr Kharana en Jordania
Patio del Qasr Kharana

Qusair Amra

Se trata del más importante y mejor conservado de todos los castillos, en cuya conservación España ha tenido bastante que ver. “Quasir” en árabe significa palacete, por lo que su función queda mejor perfilada que en el caso anterior. Presenta una estructura completamente diferente, con pequeños edificios coronados por varias cúpulas y bóvedas que en su interior han preservado desde el siglo VIII uno de los tesoros más importantes del desierto. Fue construido para el califa Wallid I como zona de recreo donde practicar la caza o tomar un placentero baño. 


Qusair Amra en Jordania


La imagen actual probablemente no haga justicia a la opulencia de la que este enclave debió disfrutar hace siglos. Pasado el pozo penetramos al interior a través de un pequeño arco de piedra. La visión que nos recibe es maravillosa, inimaginable en un sitio así después de haber pasado tanto. Frente a nosotros, paredes y techos se hallan cubiertos de frescos con representaciones de lo más variopintas, desde animales ya extintos en estos lares, cielos estrellados o mujeres desnudas en contra de toda lógica islámica. Destaca entre otras una pintura que muestra seis soberanos de la época del califa, identificándose entre ellos gracias a las inscripciones que aún se conservan a mi tocayo Roderico, rey de Hispania. Todo un deleite y magnifico legado histórico que fue reconocido por la UNESCO. Con muy buen sabor de boca proseguimos ruta hacia nuestro último destino.


Pinturas de Qusair Amra en Jordania


Qasr Al Azraq

Atraído como estaba por la figura de Lawrence de Arabia, esta se perfilaba como una de las visitas más esperadas del viaje. No en vano, desde estas ruinas basálticas con origen romano y fortificadas de nuevo por los mamelucos en el siglo XIII, dirigió buena parte de la campaña contra los otomanos. La importancia del lugar, incluso desde época nabatea, radica en el cercano oasis de Azraq, una de las pocas fuentes de agua en kilómetros a la redonda.

Entrada a Qasr Al Azraq en Jordania


Una puerta de piedra enorme que se mueve prácticamente sin hacer ningún esfuerzo da entrada al vestíbulo, donde podemos encontrar algunos vestigios del pasado capitalino. Pasado este alcanzamos el patio principal con una vieja mezquita en medio. Estamos solos, escuchando como los susurros del desierto acarician las piedras que parecen querer recordar la gloria pasada. Recorremos las mismas estancias en las que Lawrence seguramente pasó largas noches imaginando el futuro de los árabes libres con la vista fija en los mismos muros que ahora tocamos. 


Patio del Qasr Al Azraq en Jordania

El sol ya está cayendo y toca regresar a Amman. Un último vistazo hacia la torre principal, con la habitación del oficial en la parte superior, supone el mejor colofón final al circuito de estos castillos del desierto que nos retrotraen a épocas pasadas y son un gran ejemplo de la riqueza y evolución histórica de esta zona de la actual Jordania

Mezquita del Qasr Al Azraq en Jordania

Pozo del Qusair Amra en Jordania
Pozo del Qusair Amra

Qusair Amra en Jordania
Qusair Amra

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